Manuel Fuertes 2 diciembre 2024
El sector de las family offices se encuentra en un momento clave de su historia, viviendo una auténtica transformación y adquiriendo un mayor protagonismo en el mundo de las inversiones y transacciones. Aunque no suelen estar totalmente identificadas, dado el deseo de privacidad de sus miembros, según cifras de PWC existen actualmente 8.272 family offices en el mundo, y de ellas, 166 se encuentran en España. Un sector que se fortalece año a año. De hecho, se espera que este mercado crezca de 138 mil millones de dólares a finales de año a 233 mil millones de dólares en 2029, con una tasa compuesta anual del 11,05%, conforme a los datos ofrecidos por Mordor Intelligence.
Si analizamos el tipo de inversiones que realizamos, en los últimos años las family offices apostamos por una inversión más activa, con una estrategia más dinámica y adaptada al contexto internacional. Un panorama marcado por la previsión de cambio de los tipos de interés, la inflación y la incertidumbre geopolítica.
Un ejemplo de estas estrategias es el aumento de las inversiones directas en proyectos, una tendencia al alza en el sector. Así lo confirma una encuesta de BNY Mellon Wealth Management: hasta junio de 2024, un 62% de las FO realizó al menos seis inversiones directas en empresas privadas, una señal cada vez mayor de que prefieren operar como sus propios fondos de capital privado.
Tendencias actuales en las FO: sector inmobiliario, tecnológicas, criterios ASG y mercados privados
Entre las tendencias actuales podemos destacar que el sector inmobiliario mantiene su relevancia como activo, su posición como principal estrategia de inversión se ve desafiada por la incertidumbre del mercado. En este contexto, se observa un creciente interés de las family offices por inversiones alternativas, con un enfoque particular en startups, empresas tecnológicas y proyectos con criterios ASG.
Este año han aumentado las inversiones en mercados privados, especialmente las destinadas a capital riesgo y a private equity. Se han observado carteras de inversión que combinan activos privados, activos secundarios y activos digitales. Sí, este año se ha despertado el criptointerés, que señala que el 33% de las family offices afirman que están invirtiendo activamente en criptomonedas.
Pero el sector no crece sólo por el número de family offices activas, sino que también aumenta por la ampliación de sus estructuras y su presencia internacional. Además, al mismo tiempo, se observa una mayor sofisticación de las operaciones, del talento y de los socios.
Mayor sofisticación y profesionalización
Esta sofisticación se refleja en la creciente profesionalización de las family offices, que incorporan profesionales altamente cualificados para diseñar estrategias de inversión más complejas y adoptar estándares propios de instituciones financieras de alto nivel. Esta profesionalización conlleva la necesidad de poner un mayor énfasis en la gobernanza. Las estructuras familiares, ahora más complejas, requieren criterios sólidos que salvaguarden los valores familiares.
La sofisticación de estos vehículos de inversión lleva aparejada el uso de tecnología innovadora para agilizar las operaciones y mejorar la toma de decisiones gracias a complejos sistemas de gestión de carteras y herramientas de análisis de datos.
Otra de las tendencias que observamos tímidamente son los clubs deals o inversiones conjuntas. Este tipo de inversiones nos permite el acceso a oportunidades exclusivas, con mayor control y participación. Un abanico de oportunidades que se ven multiplicadas con el contacto con otros inversores, al compartir ideas y proyectos. Sin el partner adecuado, la estructura precisa y el conocimiento del sector, muchos inversores se quedarán sin opción de acceder a estas inversiones privadas y exclusivas.
Las FO en Asia, diversificación, apoyo gubernamental e inversiones altruistas
Debido a nuestra presencia y experiencia de años en Asia, podemos afirmar que las family offices tanto en China como en Japón también se encuentran en un momento crucial, pero no podemos analizarlas con una visión occidental ni compararlas con nuestras estructuras de inversión. No tienen los mismos retos que las family offices estadounidenses y europeas. Sus inversiones están repartidas en carteras bien diversificadas, tanto en activos como en lugares de inversión. Merece una especial mención África y Medio Oriente como destinos de inversión con mucha presencia asiática. Tambien es muy común en inversiones alternativas de base científicas, que las family offices asíaticas se decanten por inversiones en spin-offs de centros de investigación de mucho prestigio a nivel mundial, como pueden ser la Universidad de Oxford, la de Harvard, MIT, Stanford, entre otras.
Otra de sus características es que cuentan con estrategias de inversión más prudentes y, en los últimos años, se ha observado un aumento del capital dirigido a renta variable y renta fija. Para ellos el real estate también es importante, ya que no solo les aporta continuidad patrimonial, sino que también es eficaz a largo plazo y puede ser parte de los bienes de una herencia.
Por otro lado, no se puede obviar el fuerte marco regulatorio al que se enfrentan las family offices en Asia, pero al mismo tiempo cuentan con una gran ventaja: el apoyo gubernamental a estos vehículos de inversión. Por ejemplo, podemos mencionar que en Singapur se ofrecen incentivos fiscales a través del Global Investor Programme (GIP). En Hong Kong se han implementado medidas para facilitar la creación de FO como la exención del impuesto sobre ganancias de capital para la gestión de activos y la agilización del visado para profesionales del sector. Por otro lado, China ha desarrollado políticas para fomentar el desarrollo de FO locales, con zonas especiales con beneficios fiscales y regulatorios.
Destaca su responsabilidad a la hora de invertir, tal y como indica Campden Wealth en su informe The Asia Pacific Family Office report 2023: el 80% de las family offices entrevistadas cree que tiene el deber de hacer del mundo un lugar mejor. Por lo que veremos un aumento de inversiones sostenibles y con valores o inversiones en el sector de la medicina, la biotecnología o el cuidado del medioambiente. Dos tercios de los entrevistados realiza además actividades filantrópicas, especialmente en áreas como educación, asistencia sanitaria y sanidad.
En los últimos años, las family offices también han apostado por las inversiones en climate tech, aunque no solo por su vertiente altruista, sino porque es un sector muy rentable.
Las FO occidentales vs orientales: los puntos en común
Aunque existen muchas diferencias entre las family offices occidentales y las orientales, también existen muchas similitudes como la planificación de la sucesión o el gobierno familiar.
De hecho, la sucesión y el gobierno familiar son claves para garantizar la supervivencia de las family offices. A veces se presentan tanto dificultades emocionales como complejidades financieras y económicas. Un reto a abordar cuya solución pasa por un plan de sucesión integral y la mejor formación para las nuevas generaciones, tanto en Oriente como en Occidente.
Las family offices estamos en pleno proceso de transformación. Ya no se trata solo de preservar y hacer crecer el patrimonio familiar. Ahora, además tenemos una visión más holística donde priman, o deberían primar, el impacto social y la mejora de la vida de las personas en todas sus vertientes.
Para explicar esta evolución podemos usar La pirámide de Bain para clasificar las motivaciones de los inversores. En la parte inferior de la pirámide, la base, se situaba inicialmente el capital familiar, ya que su objetivo principal era el beneficio financiero. Sin embargo, como family office hemos evolucionado, añadiendo capas superiories de la pirámide en consonancia con el impacto social y la trascendencia de nuestras inversiones.
Esto se traduce en inversiones responsables, que prioricen el bien común y el desarrollo de la humanidad. Las family office apostamos por la rentabilidad con valores. Solo así podremos ver el verdadero poder transformador del capital para asegurar un mundo mejor.